miércoles, 15 de abril de 2009

Punto y aparte

No volveré a encontrarme con la Luna hasta dentro de 27 días, aproximadamente. En esta semana aprendí que la Luna se encuentra a una distancia de 384,400 kilómetros, que su período orbital es de 27 d 7h 43,7 min. También que cuando está en plenitud, refleja la luz del Sol hacia la Tierra con una intensidad 400,000 veces menor que el astro de fuego. Que su edad se calcula en la pequeña cantidad de 4,527 millones de años, y que nació del reagrupamiento del material magmático proyectado en el espacio, debido al choque de la incipiente tierra con otro planeta similar a Marte. Se tiene conocimiento que la Luna se aleja de la tierra tres centímetros al año, y esto provocará en un futuro la separación de la Tierra y su probable destrucción, pulverizándose, y que mucho de sus restos formarán anillos similares a los de Júpiter en nuestro planeta Tierra. ¿Suena alarmante? Pues esto sucederá dentro de algunos millones de años, así que ni ustedes ni yo estaremos para atestiguarlo.

Una novedad en mi incipiente trabajo de astrónomo aficionado, es la de enterarme que existen... bueno, que hay frecuencias que son adaptadas para ser escuchadas por los humanos. Son frecuencias varias y variadas los que producen sonidos en el espacio. Oír a Titán, Ganímides o el Big Bang, la expansión del universo que aún continúa, hace que mi cabeza asocie espacios vacíos, oscuros e infinitos. Un pulsar suena a ritmo afroantillano, y el sonido del Sputnik me recuerda que fueron los rusos quienes comandaron el conocimiento del espacio exterior en esta nueva era. Estoy seguro que el Capitán Jack conoció muy bien estos sonidos igual que si oyera gaviotas o ballenas, en el infinito mar del universo.

Cierro este punto con un par de fotografías tomadas por dos blogobservadoras, quienes me acompañaron desde su espacio en este inicio de viaje. Ojalá y nos veamos en una constelación, próximo objetivo de esta travesía.

Foto: Susy
Fotografía digital
Cámara Canon PowerShot
A550 de 7.1 mega pixeles
lente de 23.2 mm y de zoom 4X
Fue tomada el día 07 de Abril de 2009, a las 20:20 hrs.


Foto: Anghie
Fotografía digital
Cámara Samsung KENOX S630
ISO 400
Tiempo de exposición: 08''
Dimensiones: 2784 x 1856 cms.
Fue tomada el día 08 de Abril de 2009

domingo, 12 de abril de 2009

Muy alto en la Luna



En algún lado está la música, cuan débil es sintonizarla. En algún lugar está el cielo. En lo alto la luna desaparece y el amor está tan lejos, pero se comienza a hacer realidad cuando tú me amas como yo te amo.

En algún lugar hay música tan cerca, tan lejos. En algún lugar hay cielo, es donde estarás y la oscura noche brilla si tú vienes conmigo. Mientras estés aquí estará mi corazón.

*Se recomienda el uso de audífonos para una mayor experiencia sonora

Autor del archivo sonoro: Emilio Ruiz
Fecha: Octubre de 2008
Equipo: Edición en computadora

viernes, 10 de abril de 2009

Fotos experimentales de la Luna

Día: Viernes
Hora: 23
Observatorio: Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; México
Altura: 520 msnm
Objeto: Luna
Tiempo de observación: 52 minutos
Equipo: Computadora (programa Stellarium versión 0.9.1 para LINUX, como apoyo de mapa estelar), Binoculares MIZAR 12-45 (potencias) X 70 mm (diámetro del lente objetivo), Cámara digital SONY Cyber-Shot, tripié.

Comentarios: El día de hoy por fin pude realizar la fotografía que imaginé en días anteriores, y era un acercamiento, más allá de mis limitantes técnicas, de la Luna. La fórmula Cámara+Binoculares+Luna me llevo resolverla más de dos horas, suma de los días de observación. En los anteriores intentos sólo logré fotos con efectos caleidoscópicos, debido a la dificultad que representa sostener la cámara sin moverse tras el lente del binocular, al tiempo que enfoca el objeto. Sé que no son fotos para concurso pero me dejan satisfecho. ¿Es fácil? Veamos.

Se arma el tripié, luego se montan los binoculares. Se alinea hacia el objetivo buscando definir la imagen lo mejor posible. Se ajusta la cámara en modo nocturno, a 6 megapixeles, y lo demás se deja en automático, luego se coloca tras uno de los lentes de los binoculares y se busca la posición correcta. Una vez que la imagen aparece sin brillos ni desenfoque se hace la foto. Yo hice once fotografías, de las cuales pongo a la consideración de ustedes cuatro de ellas. En un futuro inmediato espero lograr fotografías de estrellas. Ya se acerca el final de mis observaciones a la Luna. Aún debo publicar fotografías de dos blogoservadoras, además de un audio de mi querido amigo y asesor, administrador de archivosonoro

El orden va de la siguiente manera, aparece primero el resultado final y tres intentos que consideré antecedieron al resultado que buscaba: un acercamiento.





La ciudad idiota

Para Tonalli, por mejores cielos.

Barrio Niño de Atocha, 1980.

¡Toño! ¿Ya estás listo pa’l eclipse? Salgo emocionado a la esquina, es mi primera pelea. Siento que estuve preparado desde siempre. Hay que hacer harta bulla porque un perro malo se quiere comer a la Luna. Lleno con piedras un bote de equis bebida. La batalla comienza. El feroz cánido oculta su negrura en la noche, intenta tragarse al astro. Entonces estallan los gritos, ruido de media docena de niños con botes por armas. La Luna comienza a oscurecerse. La batalla parece perdida. El Negro, su hermano y yo nos miramos un segundo. Levantamos la vista al cielo para gritar: ¡Pinche perro verga! ¡Chinga tu madre! Pronto se unen otros, gustosos, lanzando potentes insultos hacia el cosmos. La Luna empieza a recuperar su color. Algarabía total. ¡Ya casi ganamos! ¡Hay que seguir! Arrojamos impetuosos la última ofensiva, obteniendo como recompensa una Luna plena. Brincos y apretones. La celebración es sincera. Cumplimos sin saber con un rito antiguo, salvar esa noche un nuevo amanecer del Quinto Sol.


Barrio de Guadalupe, 2008.

Hace minutos concluyó el eclipse lunar. Lo vimos desde el techo de la casa. Yo peleé alguna vez esta batalla, le digo a mi compañera. A media interposición, bajo la vista para descubrir a dos chicas, viendo el suceso por televisión, en una tienda de chácharas, como si se tratara de otro cielo, de otro planeta. En las calles nadie mira. La gente deambula sin saber que arriba, en la oscura noche, un ser maligno está devorando avasallante al mito, sin resistencia alguna de la ciudad idiota.

¿Amanecerá?

jueves, 9 de abril de 2009

LUNA LLENA

(click en la imagen para mayor resolución)

Día: Miércoles
Hora: 23
Observatorio: Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; México
Altura: 520 msnm
Objeto: Luna y constelación de Virgo y Boyero
Tiempo de observación: 45 minutos
Equipo: Computadora (programa Stellarium versión 0.9.1 para LINUX, como apoyo de mapa estelar), Binoculares MIZAR 12-45 (potencias) X 70 mm (diámetro del lente objetivo), Cámara digital SONY Cyber-Shot

Comentarios: Luego de haber checado el estado del tiempo y comprobar durante el transcurso del día el pronóstico de un cielo despejado, decidí adelantar mí observación. Cargué con mi equipo hasta el techo, sin avisarle a nadie y sí, ahi estaba, brillante, a pesar de la densa atmósfera, la cual entorpecía mi segundo propósito: observar la mayor cantidad de constelaciones. Al menos la Luna estaba al alcance.

Acostado, mirando al sureste, preparé los binoculares y apunté. La descubrí hermosa, flotando espectacular. Cambié gradualmente de 12 a 45 potencias, logrando ver detalles que sólo en fotos y animaciones de otros había conocido. Dirigí un poco más al Este el aparato, y hallé una estrella de color azul, que a simple vista no se distinguía tanto. Encendí la pantalla y felizmente encontré esa estrella azul , que es parte de las 12 que componen la constelación de Virgo, su nombre: Spica, con una distancia de 262.18 años luz. Si había logrado ver una estrella, bien podría observar algunas más. Ubiqué en el mapa estelar a Arcturus, luego, con los binoculares, la hallé más al norte. Es una estrella brillante, parte de las 8 restantes que forman la constelación Boyero, desconocida para mí, con una distancia de 36.71 años luz . Giré en la misma línea hacia el sur, hallando a Saturno, que se destacaba entre la densa atmósfera. Busqué sin exito en las demás direcciones y sólo hallé pequeñas estrellas casi imperceptibles. Esto me llevó a pensar que en un futuro tendré que cambiar de observatorio. Ahora, con mi techo, basta para observar mi objetivo principal: La Luna.


(click en la imagen)

Preparé la cámara y capturé 18 fotografías. Cada una de ellas con la mayor precisión que me fue posible, porque en el transcurso de mi observación, una turba de furiosos zancudos me tuvo en jaque, poniendo a prueba mi determinación. Dí por concluido mi ejercicio conectando la cámara a la computadora para descargar mi red estelar. La foto que logré, estoy seguro dejaría satisfecho al Capitán Jack, debido a mis recursos y las condiciones atmosféricas. Considero que esta noche he logrado avanzar en gran medida mi redescubrimiento de la Luna. Debo antes consultar una última cosa en el mundo antiguo. Debo decidir, en próximas fechas, mi siguiente objetivo en esta ruta estelar.


martes, 7 de abril de 2009

Los hijos de la Luna

Hoy martes siete de abril, continúa el mal tiempo. Ahora la paciencia deberá ser mi mayor aliada. He decidido escribir para ordenar mis ideas, y así responder al cuestionamiento que me ha hecho un colega y amigo: ¿Qué le ves a la Luna?

A un día y horas de este viaje, varias personas me han hablado de cómo este astro ha influido en los seres vivos que habitan nuestro planeta, y que se resume en lo siguiente: La luz del Sol que refleja la Luna, más el efecto gravitacional, brindan propiedades extraordinarias en la mayoría de los seres humanos, animales y plantas. La regla parece definir que si los tres anteriores son "plantados" o "cosechados" en Luna llena, tendrán propiedades potenciadas tales como tamaño, fuerza, resistencia, pronta regeneración y longevidad.

Tal vez esté equivocado, pero esa es la constante, ya sea que se hable de seres humanos, animales o cosechas. Asimilo la abstracción y salto al pasado para imaginarme cuántos años y generaciones le llevó al hombre comprender este fenómeno, y transmitirlo hasta la actualidad, donde no podemos saber a ciencia cierta el orígen de estos ciclos, pero que se han aplicado para mejorar y aprovechar al máximo esta propiedad del efecto lunar. ¡Uf! Demasiado para mí.

La cereza la puso el licenciado Kincho con K, con este relato lleno de sabiduría. Una pareja de enamorados, mirando la Luna de octubre en una noche copainalteca:

-Mi amor, ¿ya viste qué hermosa está la Luna?

A lo que la dama responde:

-Sí, mi amor, como para capar cochi.

lunes, 6 de abril de 2009

Luna


Día: Lunes
Hora: 20
Observatorio: Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; México
Altura: 520 msnm
Objeto: Luna
Tiempo de observación: 15 minutos
Equipo: Computadora (programa Stellarium versión 0.9.1 para LINUX, como apoyo de mapa estelar), Binoculares MIZAR 12-45 (potencias) X 70 mm (diámetro del lente objetivo), Cámara digital SONY Cyber-Shot

Comentarios: Con el afán de desandar los pasos del Capitán Jack, decidí de una vez instalar mi observatorio en el techo de casa. El primer inconveniente fue una ráfaga de viento, el segundo fue que, al mirar el cielo sobre mi cabeza, lo hallé repleto de nubes, las cuales se movían de N a S. No me amilané, encendí mi cámara y, en el momento que se hizo una brecha entre las nubes, tomé la foto que está al inicio de mi bitácora; consideré inútil sacar los binoculares. Coloqué en una silla la pantalla hallada del aterrizaje. Ingresé las coordenadas para ver lo que me estaba negado por las nubes. Al N aparece Saturno, brillante, y un poco más allá la constelación de Leo. Tendré que idear una manera para lograr fotografías con mejor calidad.
Cometí varios errores que estoy seguro el Capitán Jack no cometería. Ahora, antes de decidir observar el cielo, consultaré el estado del tiempo. Deberé realizar mis observaciones a otra hora de la noche, cuando las luces de la ciudad sean menos. Si las condiciones no cambian tendré que mudar mi observatorio a otra parte. Por último, no avisaré a mi compañera (que ignora mi reciente hallazgo) cuando suba al techo, porque ahora debo bajar, junto con mi equipo de observación, un montón de ropa lavada ayer domingo.
Parece que el día jueves, nueve de abril, habrá mejores condiciones.